Cuando estudiamos Derecho en Colombia, el proceso de aprehensión cognitiva parte por leer y analizar principalmente el derecho codificado y los desarrollos dados en la jurisprudencia y en la doctrina. La forma en que aprendemos y en la que nos evalúan los conocimientos adquiridos varía considerablemente de universidad en universidad, pero especialmente de profesor en profesor. Algunos más memorísticos que otros, suelen preguntar por conceptos, categorías, definiciones o elementos centrales de lo enseñando. Otros, por su parte, suelen formular supuestos casos para luego plantear preguntas concretas dirigidas a que se analice y aplique lo aprendido en clase. Por supuesto, hay quienes suelen mezclar ambas estrategias, dándole más énfasis a la una o a la otra. Asimismo existen diversas alternativas para evaluar de manera casuística o de memoria, sea realizando preguntas abiertas, formulando preguntas con espacios a rellenar, indagando en si algo es falso o verdadero o recurriendo a la propiciada estrategia de diseñar las preguntas de la misma forma en que el Estado nos evalúa, es decir, mediante preguntas tipo examen saber pro.
Sin duda alguna, existe un amplio portafolio de formas de evaluar que redunda en la inexistencia de una metodología consolidada a la hora de evaluar el conocimiento adquirido y aplicable a la hora de estudiar Derecho en nuestro país. Como Colombia hay muchos países en los que esto suele ser una constante, sin embargo, también hay contadas excepciones en las que la cultura jurídica y académica de esas sociedades ha desarrollado una metodología estandarizada de evaluación para exigir a los futuros abogados, un criterio analítico y argumentativo que articule lo teórico con lo práctico. Tal vez uno de los países que más organización y tradición tiene en esta materia es Alemania.